Caricia tan dulce, nunca durará mucho
Entraste en mi alma y le diste esperanza a mi vida
Caricia tan dulce, nunca durará mucho
Me dejaste solo y horrorizado
Capturado dentro de un Elíseo tan austero
Sentimientos imperfectos, pena en vano
Ama todo lo que esté contra toda soledad
Mientras todo continuó, el amor se convirtió en
Un campo en un sueño que una vez fue real
Caricia tan dulce, nunca durará mucho
Destruye esta ilusión, necesitamos un cambio de destino
Tus pensamientos frenéticos son sólo un grito condenado
Sentimientos imperfectos, pena en vano
Ama todo lo que esté contra toda soledad
Mientras todo continuó, el amor se convirtió en
Un campo en un sueño que una vez fue real
(coro en latín) Primero parecía que soñabamos
(coro en latín) Luego la realidad nos advirtió
Secretamente esperé por algo
Que nunca existió
(coro) Primero pensé que era un sueño
(coro) Pero entonces se convirtió en realidad
(coro) Hermosa en el exterior, profundamente decaída por dentro
Secretamente esperé por algo
Que nunca existió
Devoto a un cuerpo sin alma
(coro en latín) Nunca me separaré de tí
martes, febrero 19, 2008
lunes, febrero 11, 2008
Poesía para alguien que ya no está
Vagaba perdido, insensible y vacío por esta vida sin color;
con los ojos cerrados, ahogado por el dolor,
hasta que de repente una intensa luz me iluminó...
Abrí los ojos y ahí estabas:
mi angel único, radiante,
como el principito de Saint-Exupéry.
La belleza de tus ojos, de tu alma,
inundó con una luz cegadora multicolor,
cada uno de los espacios grises de mi corazón.
Tu inocente y tierna sensualidad
me sacude, me enloquece, me golpea salvajemente,
provocando una avalancha de furiosos sentidos
que me arrastran por toda la eternidad.
Inconsciente de mí, sin medir las consecuencias,
te entregué mi vida, mi pasión, mi conciencia;
te entregué, quizá el único y más simple,
pero mas valioso de mis tesoros:
el amor más puro e infinito que puedo sentir.
La vida me ha golpeado de maneras increibles
con una indescriptible y feroz crueldad,
terrible e intenso dolor, sólo comparable
al que siento cuando vos no estás...
con los ojos cerrados, ahogado por el dolor,
hasta que de repente una intensa luz me iluminó...
Abrí los ojos y ahí estabas:
mi angel único, radiante,
como el principito de Saint-Exupéry.
La belleza de tus ojos, de tu alma,
inundó con una luz cegadora multicolor,
cada uno de los espacios grises de mi corazón.
Tu inocente y tierna sensualidad
me sacude, me enloquece, me golpea salvajemente,
provocando una avalancha de furiosos sentidos
que me arrastran por toda la eternidad.
Inconsciente de mí, sin medir las consecuencias,
te entregué mi vida, mi pasión, mi conciencia;
te entregué, quizá el único y más simple,
pero mas valioso de mis tesoros:
el amor más puro e infinito que puedo sentir.
La vida me ha golpeado de maneras increibles
con una indescriptible y feroz crueldad,
terrible e intenso dolor, sólo comparable
al que siento cuando vos no estás...
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